En el barrio Isla Aranda de Limpio, la fabricación y venta de canastas navideñas, como muchos otros artículos hechos a base de karanday y takuara, reúne a varias generaciones de artesanos. Estos con sacrificio y paciencia llevan adelante la tradición de poner en las casas de las familias paraguayas la apreciada “canasta navideña”.
Esta actividad reúne a casi todo el barrio a trabajar. Allí fabrican canastas, bolsones, el sombrero pirí y otros artículos.
Doña Mirian Rivarola relató que pertenece a una familia de cuatro generaciones de artesanos que trabajan en el rubro, la que la pone muy feliz de continuar con la tradición familiar.
Destacó que por lo general venden unas 20.000 canastas en época navideña y esperan poder mantener ese promedio este año. El trenzado de la canasta que hace doña Mirian, lo termina en media hora y demuestra una extraordinaria habilidad en dedos y manos para el trabajo.
Decisión de Cartes
Rivarola estaba al tanto de la disposición del Presidente Horacio Cartes, que prohibió a todos sus ministros -por primera vez en la historia- que los funcionarios públicos reciban sus canastos navideños, enmarcado dentro de la política de “austeridad”, y así evitar gastos innecesarios.
La artesana explicó que en esta época en años anteriores, ya se iniciaba la parte importante de comercialización de canastas, pero este año esa parte está paralizada. “Lo que nos está salvando son las empresas privadas y las cooperativas que sí entregan las canastas navideñas a sus funcionarios”, afirmó la artesana limpeña.