13 dic. 2024

Periodista peruano ayudó 
a paraguaya a ver a sus hijos

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Abrazo

Doña Lorenza, luego de diez años, pudo ver a sus dos hijos de quienes se tuvo que alejar para darles buena vida (imagen ilustrativa).

“El amor que ella siente por sus hijos es del tamaño del mar. Cuando le pregunto por ellos, se emociona, se le corta la voz, se le humedecen los ojos. Diez años sin verlos es mucho tiempo, demasiado”, escribió Jaime Bayly, un reconocido periodista peruano.

La protagonista de su conmovedor artículo es una paraguaya que, tras la difícil situación económica y con dos hijos pequeños a su cargo, tuvo que partir a EE.UU. a trabajar, ya hace diez años. “Lorenza Pastora es la señora que viene los fines de semana a limpiar la casa, es paraguaya, es una delicia escucharla, tiene un acento musical”, sigue relatanto el comunicador. La humildad y fortaleza de la aguerrida mujer lo cautivó y por eso decidió ayudarla.

Pastora (38) dejó a sus dos hijos al cuidado de la abuela y se fue decidida a generar dinero en el lejano país. Desde que empezó a trabajar como limpiadora mandaba dinero para los gastos de los pequeños, Isidro (5) y Paula (3). Pensando en ellos comenzó a ahorrar y más adelante les compró una casa. “Se ha comprado una casa en el campo, en las afueras de Asunción, con muchos árboles de aguacates, ella todavía no la conoce”, cuenta Bayly.

“Está loca por verlos y yo que tengo dinero la voy a ayudar”, señaló el periodista, quien cuenta que la compatriota no puede salir de los Estados Unidos porque ya no la admitirán de regreso.

Gran idea

Jaime, admirando sus ganas de superación, tuvo la brillante idea de que los hijos, ya adolescentes, vayan hasta ella a Miami. Envió una invitación, a los hijos de Lorenza, al embajador norteamericano en Paraguay, diciendo que ambos son artistas y que irán a promocionar sus canciones en su programa de TV.

“Todo es mentira, pero es una mentira piadosa”, dijo. El periodista pagó los pasajes en primera clase y llegado el día, compró flores y chocolates y acompañó a la ansiosa mamá, quien entre llantos de felicidad, se dirgió al aeropuerto. “Lorenza no lee libros de alta literatura, pero me parece que sabe de la vida mucho más que yo”, finalizó el peruano.