Lidia María Aquino (43) pensó que si huía al departamento de San Pedro nadie se enteraría del crimen que cometió en Ciudad del Este. Estuvo poco más de un mes sin ser juzgada, pero la Justicia la visitó. El cuerpo sin vida de Gerardo González (43), ensangrentado y tendido en su propia cama, fue encontrado por los vecinos del kilómetro 12 lado Acaray, de Ciudad del Este, el pasado 8 de junio.
Nadie sabía qué fue lo que realmente sucedió, pero quienes vieron el cadáver señalaron que el asesino actuó con mucho odio. Gerardo tenía la cara casi desfigurada por varios cortes. Su muerte fue un lento desangramiento; presentaba profundas heridas de puñal en la cabeza.
Sospechosa
Un vecino señaló a la Policía que en horas de la madrugada escuchó que don González mantenía una fuerte discusión con su concubina. Lidia María fue vista por última vez la noche antes del hallazgo del cadáver. Estuvo con su pareja bebiendo alcohol en el patio de la vivienda.
La fiscala Zunilda Ocampos ordenó la captura de Aquino y el sábado, después de más de un mes, fue detenida por agentes de la Comisaría 5° Itacurubí del Rosario, del departamento de San Pedro. Ocampos manifestó que la concubina se refugió en la casa de sus padres, ubicada en la compañía Sargento Castiglioni, pero cayó en una barrera de control policial.
El domingo, cuando fue trasladada hasta la Comsiaría de mujeres de Alto Paraná, Aquino aseguró que solo se defendió de los golpes de su pareja. Lidia se encuentra imputada por homicidio doloso y será trasladada a la cárcel.