Trabajadores de la Cámara de Diputados expresaron ayer que, en varias oportunidades, han sido testigos de movimientos “paranormales” en las oficinas del Poder Legislativo. Johana Díaz, una funcionaria, contó que le tocó vivir una experiencia “aterradora” junto a su grupo de trabajo.
“Una compañera encontró la foto impresa de una nena en su escritorio. Preguntó si pertenecía a alguien de la oficina y, como nadie sabía de la misma, la rompió y tiró en la basura. Al día siguiente volvió a aparecer en la impresora otra foto, pero acompañada de una señora. Preguntamos quién dio la orden de impresión de la imagen y nadie se atribuyó. Al día siguiente, estando en el mismo lugar, volvió a aparecer la tercera foto de la nena”, relató en la 650 AM.
Por su parte, Néstor Cohelo afirmó que en las oficinas se escuchan voces misteriosas y pasos de personas cuando en realidad no hay nadie. Los funcionarios del Congreso aseguran que las computadoras se prenden solas: creen que se trata de fantasmas.