“El Estado es el mejor patrón”, parece ser la frase que motiva a mucha gente a ocupar cargos públicos, con millonarias asignaciones mensuales y poco trabajo. Los mayores salarios estatales se dan en puestos a los que se accede mediante un simple nombramiento (decreto), por simpatía política o alguna otra afinidad con la autoridad de turno.
Los cargos electorales tienen relativamente una menor remuneración, pero no dejan de ser codiciados.
Más que el Presidente
En un breve recorrido por los portales digitales de las distintas instituciones oficiales, se puede notar que por ejemplo, el director paraguayo de Itaipú gana G. 108.944.798 mensuales, lo que equivale a casi 60 salarios mínimos (G. 1.824.055); dicho monto es 3,4 veces más alto que el percibido por el presidente de la República, que cobra G. 31.855.860.
El director de la Entidad Binacional Yacyretá cobra G. 90.260.153, pero gana menos que el director jurídico de la Itaipú, quien tiene un salario global de G. 105.259.566.
Otros con jugosos salarios son los embajadores, ya que cobran G. 60.454.744, casi dos veces más que los legisladores (senadores y diputados), quienes tienen una asignación de G. 32.774.840. Un ministro del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) tiene un salario de G. 44.180.925; mientras que un magistrado de Tribunal Electoral gana G.18.163.900 y un juez electoral, G. 16.213.750.