El repique de las campanas, que anunciaba el comienzo de la misa, se confundió ayer con los gritos desgarradores de Leticia Gómez Filippini (28), cuando era atacada por su suegro, Marcos Ocampos (54), en el barrio Santa María de Asunción. La joven terminó muerta tras sufrir dos puñaladas.
El suegro, no conforme con lo que hizo, abrió el gas para luego prender fuego a la casa, donde estaban sus nietos que vieron cómo el abuelo mataba a su mamá. Después, el hombre trató de quitarse la vida, apuñalándose en el vientre. La mujer deja cuatro niños, de 11, 8, y 3 años, y una beba de apenas 9 meses.
LUTO EN EL BARRIO
“'¡Voy a matarle!’, gritaba como un endemoniado y el señor se rasguñaba los brazos con un cuchillo de cocina”, relató doña Elizabeth Venegas, vecina y amiga de la víctima.
Agregó que Leticia, dueña del inquilinato, y su pareja, Bruno Ocampos, (26) se llevaban muy bien. “La Policía tuvo que tirar el portón para salvar a las criaturas. El mayor salió gritando que su abuelo le quería clavar. Tragaron todo el humo, pero están vivos gracias a Dios”, dijo.
Según el subcomisario Gustavo Escobar, el suegro ya intentó quitarse la vida el sábado y fue derivado al Hospital del Trauma, bajo vigilancia de uno de sus hijos, mientras Bruno salía a trabajar en su taxi. Al amanecer, le dieron de alta y el hombre llegó hasta la vivienda para cometer el crimen.