Padres alientan a seguir esta costumbre paraguaya.
“La bendición mamá, papá... abuela. Así se acostumbraba saludar en el Domingo de Pascua. Y ¡chake! si uno no lo hacía. El ‘chachá' era más fuerte”, rememoró una nostálgica Jorgelina Cardozo (39), ferviente católica que alienta a los padres jóvenes a mantener la costumbre de pascuar a los más pequeños.
Luego de una Semana Santa colmada de tradiciones llegó la gran fiesta católica con la Resurrección de Jesús entre rezos y nalgadas con pindó karai, costumbres que aún se resisten a desaparecer. Los Acosta-Ferriola, del barrio Obrero de Asunción, son otra familia que relató que les cuesta mucho que sus hijos vuelvan a sentir esa emoción de las Pascuas, debido a que los tiempos cambiaron.
“Me acuerdo que mi mamá después de la misa del Sábado de Gloria nos pascuaba ya. Y nos daban algún chocolate o de mañanita temprano el domingo”, recordó Sonia Ferriola, madre de dos adolescentes y otros dos más pequeños, quienes se mostraron algo tímidos ante los “chachás”.
Cristian Acosta, un padre de familia, relató que a los niños se les “pascua” para sacarles lo travieso y además para mantener la costumbre de nuestros antepasados. “No veo que la gente haga esto. Espero que me equivoque, pero la mayoría compra un chocolate y no reflexiona el sentido real de esta fiesta”, dijo Acosta, quien añadió que todos participaron de la Pascua Joven para fortalecer los lazos entre los miembros.
Martina Ojeda (70), por su parte, lamentó no tener chocolates que ofrecer a sus nietos, pero sí aprovechó la ocasión para darles un par de nalgadas por Pascuas. “Mi mamá nos levantaba temprano y con cualquier rama nos daba nalgadas, pero despacito. Formábamos fila luego para ‘ligar’”, admitió entre risas.