12 dic. 2024

La Iglesia trabaja con divorciados

El Registro Civil registró 24.491 rupturas legales hasta el 2012. Mientras que el Poder Judicial, solo en dos años, registró disminución de divorcios. El resto del tiempo hubo aumento con un promedio de 1.600 casos al año, es decir, 5 por día. El Registro Civil registró 24.491 rupturas legales hasta el 2012. Mientras que el Poder Judicial, solo en dos años, registró disminución de divorcios. El resto del tiempo hubo aumento con un promedio de 1.600 casos al año, es decir, 5 por día.

Monseñor Claudio Giménez, presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), se refirió a las palabras del papa Francisco, quien había dicho que los divorciados y vueltos a casar también “son hijos de Dios y no deben ser tratados como excomulgados”, lo que causó revuelo en varios países.

“En Paraguay, la pastoral ‘La Esperanza’ trabaja con cientos de divorciados. El Papa busca que la iglesia apoye a esos fieles”, expresó el obispo. Al respecto, Víctor Domínguez, de la Obra Familiar de Schoenstatt, informó que en el 2005 empezaron a trabajar con un grupo de divorciados vueltos a casarse, creando la pastoral “La Esperanza”, que funciona en cuatro diócesis: Encarnación, San Lorenzo, Asunción y en otras ciudades, brindando apoyo espiritual personal y familiar.

Por otro lado, explicó que estos no pueden comulgar ni recibir la absolución de sus pecados con un sacerdote, porque viven en pecado permanente para la Iglesia católica. Sin embargo, el divorcio civil no es un problema a la hora de recibir la comunión.

“Estas personas no están excomulgadas”

“En efecto, estas personas (divorciados vueltos a casar) no son excomulgadas, no están excomulgados, y no van absolutamente a ser tratadas como tales: ellas forman parte siempre de la Iglesia”, sostuvo el Papa el miércoles pasado.

Además, Francisco reiteró la invitación a los Obispos a “manifestar abiertamente y coherentemente la disponibilidad de la comunidad a acogerlos y animarlos, para que vivan y desarrollen cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con la frecuencia a la liturgia, con la educación cristiana de los hijos, con la caridad y el servicio a los pobres, con el compromiso por la justicia y la paz”.