Atiende desde niños de 6 años hasta a adultos mayores, de todo el país. En una pequeña granja ubicada en la ciudad de Nueva Italia, se encuentra el centro de rehabilitación, Padres Unidos en el Amor y la Fe (Puafe). Allí, semanalmente atienden a más de 100 jóvenes, que tienen problemas de adicción.
En los últimos tiempos cada vez más niños llegan hasta el lugar para ser atendidos. Carlos Vitar, junto con su esposa Elva Burgos, se encargan de esta organización no gubernamental para rescatar a los jóvenes de las drogas.
Niños
Entre las tantas historias que se encuentran en Puafe, Carlos recuerda la de un niño de tan solo 6 años que llegó hasta el centro. Era adicto al crack. “Me acuerdo los primeros días que se quedó con nosotros, llorando y temblando me suplicó que le diera un cigarrillo”, recuerda Carlos. El proceso de recuperación, en estos casos, es mucho más largo, ya que en su mayoría los menores viven en situación de calle, no tienen mamá ni papá, explicó Vitar. “Los niños en la mayoría de los casos son utilizados por los adultos para la venta de las drogas y es ahí donde comienzan a consumir”, explicó Elva, esposa de Carlos.
Ambos lamentaron la poca preocupación del estado en ayudar a los centros de rehabilitación que se ven rebasados en su capacidad. En todo el país sólo existen 41 centros de tratamiento contra las adicciones.