23 abr. 2024

Hablan de discriminación en el uso de las privadas

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CÓMODA

Así lucen las piezas destinadas a la intimidad de las parejas en el Pabellón Libertad, según el libro Libertad en prisión. De acuerdo al material, todo está bien organizado.

“Este beneficio será autorizado a todas las personas sin ningún tipo de discriminación”, reza el artículo 1 del reglamento del 2012 para el uso de las privadas en los establecimientos penitenciarios. La normativa, a pesar de estar vigente, es letra muerta.

“Tenía mi pareja y sin casarme no podía tener visitas”, es una de las respuestas de uno de las reclusas plasmada en el informe del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP). Según este testimonio, solamente las mujeres casadas podían usar las habitaciones para la intimidad. Aquí refleja una discriminación por el estado civil de las personas.

Es requisito

El reclamo de otra interna refuerza la hipótesis de que estar casada es sinónimo de posibilidad de usar la pieza íntima: “Me casé para tener acceso a eso”. Pero en otro testimonio hay un problema mayor: discriminación por género. “A nosotras nos exigen estar casadas, a los varones no”, manifestó otra reclusa.

Otra serie de discriminaciones se denuncian en los reportes del MNP respecto la utilización de las salas de convivencia íntima: Lesbianas, gays y trans tienen prohibido este derecho, a pesar de que ya se haya derogado la ley que decía que serán beneficiadas las parejas del sexo opuesto.

La discriminación también afecta a la situación económica, ya que los beneficiarios deben pagar unos G. 30.000 como mínimo, precio que se dispara según la temporada. Los que no abonan, no usan.

Los encargados alegan que la recaudación es para los gastos de limpieza de las salas, sin embargo, los reos dicen que no. “Mi concubina no quiere venir porque es muy sucio el lugar”, contó uno de ellos al mismo ente. Según la documentación “la administración penitenciaria está obligada a proporcionar los insumos necesarios para la higiene y limpieza de las privadas”. (Art. 12).

A esto se suma la gran cantidad de quejas sobre los privilegios que tienen algunos, dejando en evidencia que las privadas se convirtieron en un negocio.