Como todos los días, Carlos Garay entró a trabajar ayer a las 07:00 en la planta de tratamiento de agua de Carmen del Paraná, Itapúa. Sin embargo, su jefe Miguel Luchen le indicó que iban a hacer unos cambios con el tanque de cloro que estaba sufriendo pequeñas pérdidas de gas, labor que normalmente no suele realizar.
Garay contó que su función era la parte de mantenimiento y limpieza, pero el patrón le tenía mucha confianza y por eso accedió. Ambos empezaron a manipular un caño pero en un momento el líquido se disparó hacia Luchen.
“Cuando vi que explotó el caño y que estaba inhalando le pedí que se aleje, pero él fue caprichoso y siguió. Yo salí afuera porque era muy fuerte el olor, se me secó la boca y la garganta. Me afectaba el estómago y fui a vomitar al baño”, contó el afectado.
Después volvió junto a su jefe, quien seguía intentando tapar la abertura de donde salía la sustancia tóxica. Volvió a pedirle que abandone la operación, pero no le hizo caso. Entonces fue a pedir auxilio a sus compañeros y luego dieron el aviso a los bomberos.
“Me impactó verle con la cara totalmente pálida, no me imaginé lo que iba a pasar después. Fue muy fuerte cuando me contaron en el hospital que falleció”, lamentó Carlos.
Luchen falleció en el centro de salud local a raíz de que la sustancia tóxica afectó severamente los bronquios y otros órganos. En un principio hubo alerta en Carmen del Paraná, se evacuó a unas 1.120 personas, especialmente a alumnos del colegio Nuestra Señora del Carmen, que está pegado a la planta.
Con ayuda de técnicos y bomberos se logró que el gas no se disperse. Según el intendente municipal, Germán Gneiting, el cloro no llegó a tener contacto con el agua, por lo que se puede consumir el líquido nuevamente. Eso sí, el incidente generó mucho temor en la población.