“Viví 17 años prostituyéndome como travesti. Fue un mundo negro, pasé de todo. Ahora lucho todos los días por ser mejor. Tengo un trabajo digno y quiero formar una familia, conocer a mi hija y que me perdone”. Este es el testimonio de Marcelino Soler, un exlíder de transexuales de Pedro Juan Caballero.
Marcelino partió rumbo a Asunción a los 21 años. Se avergonzaba de ser homosexual y temía que sus padres no lo aceptaran. “Conseguí trabajo como guardia de seguridad, pero pronto quedé desempleado. No tenía dónde dormir ni qué comer, vivir en la calle me llevó a trabajar por las noches como travesti”, recordó Soler.
Su vida cambió completamente y pasó a llamarse Soledad. “Fui adicto al crack y, para trabajar, consumía otras clases de drogas, sufrí mucha violencia. Cuando peor estaba, me enteré de que mi exnovia estaba embarazada, lo ignoré y seguí igual”, lamentó entre lágrimas.
Luego de 8 años, volvió a su ciudad. En Pedro Juan lideró un grupo de trabajadoras sexuales. “Mi ley era no robar, no molestar a vecinos ni pelearse una con otra”, puntualizó. Sus métodos lo metieron en muchos problemas, incluso con la propia policía. “Unas travestis me denunciaron por algo que no hice. Un día ya no aguanté, agarré un machete y salí para matarlas, milagrosamente, no encontré a nadie”, narró.
Marcelino volvió a su casa. Arrodillado y desesperado, pidió ayuda a Dios y sus súplicas fueron oídas. “Es inexplicable, yo no lo ví, pero sentí su presencia en mí, es una sensación indescriptible. Desde ese día cambié mi vida, nadie puede creer” explicó el pedrojuanino.
El extravesti ahora es un microempresario. Produce y vende mosto de caña dulce. Su producto ahora es envasado y etiquetado para su distribución. También tiene una huerta y vende verduras orgánicas. “Mi sueño es formar una familia, encontrar a mi hija y ser un buen padre”, culminó el trabajador.