Luego de haber causado tanto dolor de cabeza a los pasajeros que, casi siempre, iban colgados de sus estriberas o sufrían cuando estos se descomponían por el camino; los micros conocidos como “chatarra”, por su antigüedad y pésimo estado, serán destruidos por gigantescas máquinas de la empresa Brasur S.A.
El desarme, que ya inició días pasados, será oficializado mañana a las 08:00, en el local de la empresa, ubicado sobre Acceso Sur, donde llegarán a su fin 5 vehículos por día. El diario EXTRA presenció uno de los primeros desguaces ayer, cuando una grúa arremetió contra un vetusto ómnibus de la Línea 28.
El director de la chatarrería, Carlos Ayala, explicó que lo primero que le sacan a los colectivos que llegan son las chapas y, bajo un inventario, las entregan al Ministerio de Obras Públicas para garantizar que ya no sean utilizadas.
Como primer paso, sacan los motores y asientos. Luego, unas grúas que tienen una especie de pinzas encargadas de destruir la carrocería. Luego, se procede a desarmar pieza por pieza de lo que quedó del micro. Estas partes pasan a la picadora, donde las piezas se convierten en pequeñas chatarras trituradas.
Por último, los restos son metidos a una máquina que fue adquirida, especialmente por la empresa, para prensar las partes. Apilonan los metales y los venden al exterior por un buen precio.
Micros con aire
El plan del MOPC consiste en reemplazar este año los viejos micros por 367 unidades 0 km con aire acondicionado. De esta cantidad, unos 260 tendrán rampas y asientos para personas con discapacidad.
El Gobierno entregó US$ 30.000 a los empresarios que no tenían deudas con el Banco Nacional de Fomento para adquirir nuevos micros con la condición de entregar sus unidades con más de 20 años de antigüedad en las calles.