Los secuestradores “se desesperaron por el sobrevuelo de helicópteros”, sostuvieron ayer el ministro del Interior, Francisco José de Vargas, y el fiscal adjunto Antisecuestro, Alejo Vera, en referencia a la liberación del ganadero José Rómulo Rojas Ledesma y su peón Modesto Antonio Alfonso.
Ambos fueron raptados el miércoles a la tarde de la estancia “Santa Catalina”, ubicada en la colonia Jorge Sebastián Miranda, Hugua Ñandu, distrito de Paso Barreto, Concepción. Las dos víctimas aparecieron sanos y salvos el jueves (unas 30 horas después), cerca de la estancia Agüerito, en Horqueta.
“Cuando uno escucha helicópteros que le están rodeando, lo primero que uno hace es huir, y ellos no tuvieron lugar para esconderse. Estaban en el monte y no les quedó otra que correr y abandonarles”, dijo a la 780 AM el fiscal Vera, al confirmar que Rojas y Alfonso zafaron de sus ataduras, para escapar de sus captores y refugiarse en una estancia.
Las autoridades, quienes descartaron que el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) o la Agrupación Campesina Armada (ACA) estén involucrados en el hecho, están manejando las identidades de los delincuentes, pero no las divulgan. Tampoco se informó sobre cuántos eran los secuestrados.
“Hay un avance significativo en la identificación de los autores, pero no vamos a cometer el error de dar nombres”, manifestó ayer De Vargas.
Abuso de menor
Según los datos, los bandidos tomaron la estancia la noche del martes y obligaron a un peón a que llame a Rojas para que vaya al lugar, diciéndole que unos vacunos estaban enfermos. Hay versiones de que, esa noche, los delincuentes abusaron de la cocinera de la estancia, una menor de 17 años.
Sin embargo, los investigadores no corroboraron esa situación aún. Los secuestradores pidieron G. 750 millones por el rescate del estanciero, pero eso no se concretó, dijo el fiscal Antisecuestro Carlomagno Alvarenga.