El pequeño Mathías Emmanuel Aquino Ortiz (8) viajó con su familia desde Filadelfia, Chaco, hasta la “tierra de los Reyes Magos”, Carayaó (Caaguazú), donde festejaban las patronales, como cada 6 enero. Entre risas y juegos, no pudo apartar la vista de un niño que, en vez de estar disfrutando del evento, se pasó trabajando, juntando las latitas que la gente tiraba.
Esa imagen le llenó de tristeza y no encontraba respuesta a aquella desigualdad. Su madre, Rosana Ortiz, describió a Mathi como un niño muy expresivo y curioso. “'¿Por qué un niño tiene que hacer eso, mamá?’, me dijo. Le expliqué que muchos no tienen la oportunidad que él tiene. Que Dios nos presta las cosas y que si tenemos, debemos dar gracias. Que junta latitas para ayudar a su familia”, relató Rosana en conversación con EXTRA.
“Estoy muy orgullosa de Mathías, porque esto nació de él; de su corazón”
Pero la magia de los Reyes se vivió al final de la jornada. En cierto momento, hubo una competencia de baile, donde Mathías se destacó. El jurado lo eligió como ganador de una bicicleta. “Ahí, él agarró el micrófono y dijo que iba a donar la bici al niño que estaba trabajando. Todos, llenos de emoción, aplaudieron de pie el gesto de mi hijo. Su papá y yo nos sorprendimos, porque la bici era más lujosa que la que tiene, pero aún así la regaló”, dijo la orgullosa mamá.
A pesar de que el nombre del nuevo amiguito de Mathi quedó en el anonimato, porque el entusiasmo los ganó, el pequeño héroe dijo estar muy orgulloso de su decisión. “Sueño con ser presidente y ayudar a toditos los niños. Me gustó ayudar a que un niño pueda sonreír”, expresó.
La familia Ortiz dice ser muy cristiana, por lo que Rosana siempre inculcó a su único hijo a saber compartir con los demás.