Un Ofertón.
Las ropas usadas son el boom del momento. Se venden como pan caliente, cuentan los vendedores.
Desde hace 10 años, don Rodolfo González se dedica a vender ropas usadas en San Lorenzo para mantener a su familia. Cuando llega el frío, el hombre se pone más contento porque es cuando aumentan las ventas y más platita gana. Ayer, madrugó para atender a cientos de clientes que optaron por comprar algo barato.
“La crisis está fuerte, la gente busca precios y la ropa usada siempre es buena opción porque uno paga menos y lleva una buena prenda”, dijo.
El señor contó que en la fecha vendió muchísimos abrigos. “Los varones llevaron camperas con capucha; las mujeres, tapados largos y botas”, detalló.
Alberto Arévalos, también de San Lorenzo, vendió casi todas las bufandas que estaba ofertando a G. 5.000. “Demasiada gente vino, ya están por llevar todo”, mencionó. Él se preparó bien, ya que sabe que esta semana hará frío. “También tengo abrigos, y calzados desde G. 10.000, muy contento porque vendí mucho”, agregó.
Marta Roa compró ropa usada en cantidad y empezó a revenderlas en su barrio, Jardin II de Villa Elisa. “Principalmente, buzos y abrigos grandes, desde G. 20.000, pero compraré más”, sostuvo.
También se disparó la venta de medias, sobre todo las largas; algunos compran al por mayor para luego revenderlas, mientras que las gorras no dejan de ser adquiridas.
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