13 dic. 2024

Confía en que un milagro de la Virgen sanará a su pequeño

Luisa Ramírez, junto a su hijo Blas Antonio, descansando antes de ingresar a la Basílica de Caacupé. Luisa Ramírez, junto a su hijo Blas Antonio, descansando antes de ingresar a la Basílica de Caacupé.

Luisa Ramírez (55), antes de ingresar a la Basílica de Caacupé, se quedó mirando las escaleras como si se preparara para escalar las montañas más altas. En sus brazos cargaba a Blas Antonio, su “bebé” de 15 años que padece de parálisis cerebral. El cansancio la llevó a descansar unos minutos bajo la sombra de un mango.

“Antes que mi hijo se enfermara, cuando era chiquitito, venía con él y le alzaba así como ahora. Cuando empezó a caminar, subió esas escaleras de mi mano. Este mes se cumplirán 13 años que está en cama, ahora no puede ver ni hablar”, contó la mamá.

La devota miraba fijamente los ojos de su "ángel” y, con una toallita, secaba las gotitas de saliva que caían de su boca. “Él no nació así, a los 2 años se enfermó y los doctores le jugaron todo, tres meses estuvimos en el hospital. La única que puede salvar a mi hijo es la Virgencita, por eso vine a pedir su bendición”, señaló.

La feligrés y el pequeño viven en J. Augusto Saldívar (Central), pero peregrinó con su hijo en brazos desde el ramal de Piribebuy, acompañada de su nuera.

Pide oraciones

La mujer sufre de problemas del corazón y de presión alta. Su esposo está encerrado en la cárcel desde hace 4 años, sin tener condena. Sus demás hijos ya formaron familia y no viven con ella y Blasito. A pesar de las adversidades, la señora lucha día a día por el bienestar de su hijo. “La mejor ayuda que puedo recibir es que todo el país rece por Blasito”, concluyó la mamá.