Los vecinos y familiares de ña Antonia viuda de Oviedo se reunieron ayer para compartir juntos el almuerzo, en Luque. En el barrio Cañada San Rafael de Luque los devotos celebraron ayer el día del santo patrono con una alegre fiesta casi tan grande y emotiva como la Navidad. El aroma a carne asada y sopa paraguaya se podía percibir con solo pasar frente a las casas. El festín era tan grande como la solidaridad de las familias.
El luqueño siente privilegio de que su mesa sea la elegida, entre tantas otras del barrio. La bienvenida es cálida tanto para un vecino como para un extraño.
En familia
Las cuñadas Lidia Martínez viuda de Troche (74) y Esperanza Castro de Troche (66) casi no durmieron la noche anterior para poder preparar las delicias de la gran comilona. “Mi casa es una de las preferidas, preparé comida para 200 personas. Desde pequeña me enseñaron a honrar a San Rafael y agradecer su bendición con el karu guasu”, contó ña Lidia.
Su compañera dijo que, según la tradición, los visitantes deben quedarse a comer en la casa que ofrece el almuerzo. Pero como la celebración fue en día laboral, guardaron un poco para los que quisieron pasar a buscar una porción, al salir del trabajo.
La organización de la actividad llevaba meses de preparación. Los hijos, sobrinos y nietos colaboran con dinero para comprar los ingredientes y se encargan de alquilar sillas, mesas, cubiertos y hasta equipos de discoteca. Es que para ña Lidia la música es fundamental para atraer a los visitantes y festejar hasta la noche.