Se le eriza la piel cuando recuerda lo que pasó. El miedo que se apoderó de él en ese momento lo obligó a recurrir a la oración.
“Estábamos en el colegio y una de nuestras compañeras se sintió mal, dijo que no sentía las piernas, luego se desvaneció”, relató José (nombre ficticio).
“Le acostamos en una silla, después yo le hice una oración y era imposible atajarle. Yo tenía una cadena con una medalla del Espíritu Santo que está consagrada dos veces. Cuando le toqué a mi compañera, la cadena se soltó”, siguió.
Con este extraño suceso finalizaron las clases el miércoles en una de las aulas del Centro Número 85 Educación Media Jóvenes y Adultos, que funciona en el turno noche dentro del Colegio Manuel Ortiz Guerrero, del distrito de María Auxiliadora, Itapúa.
El fenómeno afectó a 8 alumnos, entre ellos a José. “Llevamos al hospital a mi compañera y ahí me desvanecí, me recuperé, volví al colegio y ahí ya no sentí las piernas. Recuerdo que los de la parroquia vinieron y comenzaron a orar, después vomité muchísimo”, contó el muchacho.
¿Ouija o Charlie-Charlie?
Las primeras manifestaciones raras aparecieron el lunes, cuando bomberos de la zona auxiliaron a los alumnos. El evento paranormal se repitió el miércoles.
Ante la desesperación, los docentes pidieron socorro a los miembros de la parroquia, quienes llegaron para contener con cantos y oraciones a los afectados.
Los rumores sostienen que los alumnos abrieron portales al mal practicando la ouija y otros atribuyeron al peligroso juego diabólico Charlie-Charlie, pero José asegura que nadie hizo nada de eso.
“En el 2015 jugaron ouija acá y ahora recién nos está afectando”, aseguró.
El pa’i Pascual Yinoti fue a bendecir las aulas, pero el raro ambiente y el pánico ya quedaron instalados en la comunidad.