A dos días de que el novenario a la Virgen de Caacupé se inicie, monseñor Claudio Giménez presenta su renuncia hoy ante la Santa Sede como encargado de la diócesis, de acuerdo con lo dispuesto por el derecho canónico a todos los obispos que cumplen 75 años, a quienes se les “ruega” realizar este procedimiento.
Giménez habló de sus logros y de los momentos difíciles que le tocó atravesar dentro de sus 20 años de servicio en el obispado de Caacupé. Entre los obstáculos como miembro de la Conferencia Episcopal Paraguaya, están las polémicas en torno a Fernando Lugo y el fallecido exobispo de Ciudad del Este, Rogelio Livieres. Estas situaciones “crearon divisiones internas en la Iglesia, costó mucho encaminar la comunión eclesial”.
Algo que quedó grabado en la mente de Giménez fue el día en que el Santuario de Caacupé se inauguró y se consagró, para concluir después de 40 años las construcciones. Por otra parte, expresó que el Gobierno de Cartes tuvo una apertura con la Iglesia Católica. “Desde un comienzo él (Horacio) invitó a todos los obispos, antes de ser Presidente, para conversar con nosotros y quiso saber cuáles eran nuestras preocupaciones y esa actitud se mantuvo”, relató.
Indicó que ya se iniciaron los preparativos para el novenario y que de igual forma participará de las misas, mientras aguarda una respuesta del papa Francisco. “Estoy muy agradecido de haber pasado aquí en Caacupé, la gente es muy agradable, hemos pasado muy bien juntos”, concluyó.