No podía vestirse coqueta, tenía prohibido usar labiales, tacones o peinados que pudieran llamar la atención de otro hombre.
En su noche de bodas, hace 20 años, recibió el primer golpe en la cara, que luego fue tapado con un poco de maquillaje. Cuando le preguntaron “¿qué te pasó?”, respondió que fue un accidente.
Así fue la vida de Ruth González Espínola (44), directora del Centro Educativo Maranata de Ñemby, quien el miércoles perdió la vida a manos del hombre que alguna vez le juró amor eterno.
Su hermana Raquel González rompió el silencio y, mientras observaba el ataúd de Ruth, contó los detalles de cómo Rogelio Henry Paiva (50) planeó asesinar a su esposa.
“Unos días antes prestó la amoladora de papá, con esa máquina afiló los 12 centímetros de la varilla de hierro con que le clavó a mi hermana”, contó, mientras secaba sus lágrimas con un pañuelo.
Siguió relatando que luego de que la víctima cayera al suelo ensangrentada, Rogelio le propinó golpes de puño en el rostro y no contento con eso utilizó una asada para hundir el cráneo de la docente.
“Ese día mi hermana estaba en un curso, su marido fue a buscarle en dos ocasiones, pero ella no quiso dejar su clase. En la tercera oportunidad recibió una llamada y abandonó la clase cerca de las 16:00, una hora antes de que termine”, recordó Raquel.
Horror
Minutos después llegó a la casa en construcción, ubicada en Villa San Miguel, donde el hombre estaba viviendo solo, ya que dos meses atrás Ruth lo echó de la casa de su papá, donde residían con sus cuatro hijos. Raquel, quien es pastora evangélica, dijo que su cuñado preparó todo el escenario.
“Cubrió con colchas las ventanas de la casa y dejó a oscuras las piezas. Luego de matar a mi hermana, el hombre se bañó y limpió la asada que estaba con sangre. Cuando la policía tumbó la puerta, él no tuvo tiempo de vestir la camisa planchada que estaba sobre la cama, tampoco se pudo poner sus zapatos”, detalló.
Raquel admitió que durante 20 años su hermana nunca fue feliz y que a pesar de todas las advertencias y la ayuda que ofrecieron a la pareja, nunca se pudo lidiar con los celos enfermizos del feminicida.
“Yo le perdono, de corazón le perdono. Si alguna vez le veo por la calle le he de saludar”, reflexionó finalmente la familiar.
“A vos te quiero matar”
Hermano de la víctima se salvó de milagro. Daniel González, hermano de Ruth, fue el primero en llegar a la casa del horror. “Le dije al policía que eche la puerta, ahí entré y él (por Rogelio) tenía en su mano la varilla y me dijo ‘a vos lo que te quiero matar’ y me jugó con el objeto”, contó. Según Daniel, su cuñado estaba poseído. “Dicen que cuando iba camino al hospital para ser atendido, pidió a uno de los policías que lo matara con el arma”, manifestó.
Sigue internado en el IPS
Marido de la asesinada ya fue imputado. Paiva se clavó en el estómago con un cuchillo, luego de cometer el crimen. Según el fiscal del caso, Guillermo Sanabria, su cuadro es grave, pero se encuentra estable. Agregó que ya imputó al hombre por feminicidio y que ordenó su prisión preventiva. El marido de la docente ya contaba con una orden de restricción por hechos de violencia, sin embargo, igual siguieron estando juntos.