Con pasos pequeños, pero decididos a continuar luchando, doña Lidia Rodríguez, a sus 83 años, recorre muchos barrios luqueños al grito de: “¡Rico bollo a 2.000!”.
Esta abuelita, oriunda de San Juan Nepomuceno (Caazapá), rápidamente se hizo famosa luego de que su foto se viralizara trabajando con su carrito y canasta. Contó que tuvo que buscar nuevos rumbos hacia la capital. Estudió corte y confección, fue conocida como una gran modista en su barrio, Isla Bogado.
Ña Lidia o Abuela Bollo, como todos la conocen, dice sentirse como una quinceañera. Los jueves hace y reparte bollos, camina desde las 13:30 hasta las 17:00. Los fines de semana elige el centro de la ciudad azul y oro.
Contó que, a veces, su marido don Gregorio Franco ya le reta. “No esperes hasta que oscurezca para venir”, le suele decir. Contó que hace más de 20 años prepara bollos.
“Me gusta sentirme querida. Siempre la gente pondera mi edad y que trabajo todavía. Pero me gusta. Si me quedo, me voy a enfermar”, dijo.
Una de sus otras pasiones es mimar a Esperanza Carolina, su muñeca de un metro de alto que compró hace 21 años. Le confecciona vestidos y hasta sus zapatitos en sus tiempos libres. Incluso, le hizo una ropa especial para festejar sus 15 años.
Contó que tiene cinco hijos, los mayores trabajan en España. Todos los ayudan y le pusieron un pequeño quiosco también para que siguieran trabajando.